
Como todos los masoveros, Aniceto y Montserrat, rotas las primeras reservas, se entregan generosamente al caminante. Comparten sus cosas, su casa, su amistad. De sus cosas nos dieron una hogaza de pan realizado en su horno de leña y cebollas, una pesaba más de un kilo.
Cocinan en el suelo de la chimenea, “foc en terra” como ellos llaman.
Son masoveros, pero no tontos. Son listos, muy listos en su forma de vivir ajustando sus necesidades a sus posibilidades. Una hija estudió en la Universidad y es profesora.
Los “mercados” las “primas únicas” que tanto nos flagelan, ¿nos obligarán a volver al “foc en terra”? Aniceto y Montserrat, serán unos adelantados.
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